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pintor italiano (Urbino 1483-Roma 1520). En sus principios estudió el arte de los grandes maestros que le precedieron, hasta llegar a la afirmación de su personalidad artística caracterizada por una delicada elegancia, dulzura y armonía, que representa la belleza serena y equilibrada de las almas felices. Son sus obras más representativas Los desposorios de la Virgen, La Fornarina, La Transfiguración, La bella jardinera, las magníficas madonas en las que Rafael expresó la verdadera esencia de su arte, su sereno clasicismo: Madona de Foligno, Madona de la silla, Ma-dona del gran duque. Sus retratos son de una delicada intuición sicológica. En Roma, el papa Julio II le encargó la decoración de las Estancias y Logias del Vaticano. Al mismo tiempo, para la villa Farnesina pinta los delicados frescos de La Galatea. Sus obras se hallan en el Museo del Vaticano, el Louvre, el palacio Pitti, la Galería Nacional de Londres, etc. En el Museo del Prado, de Madrid, se halla un magnífico retrato de un cardenal desconocido. |