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dramaturgo francés (Ruán 1606-París 1684) que gozó de la protección de Richelieu y, muerto éste, de Mazzarino. Su teatro, que dio la forma definitiva a la tragedia francesa, se caracteriza por un estilo oratorio y vigoroso adecuado a la grandeza moral de unos héroes que suscitan la admiración por sus actitudes sublimes; en cuanto al amor, no esmás que una pasión secundaria. La ilusión cómica, El Cid, Horacio y Cinna, Pompeyo, El mentiroso, Heraclio, Andrómeda (ópera de gran espectáculo) y Don Sancho de Aragón son algunas de sus comedias y tragedias que ha legado a la posteridad. |